Título:	El ingenio barroco de convertir un suceso en su contrario. Voltereta y transmutaciones que desafían la univocidad capitalista
Autor(es):	Smart, María Ángeles
Fecha de publicación:	7-sep-2022
Revista:	Coloquio Internacional "Barroco, crítica y capitalismo"
Resumen:	En su obra Arte de ingenio. Tratado de la agudeza (1642) Baltasar Gracián propone en el discurso XVI, titulado “De las transmutaciones”, diversos ejemplos donde -con gran inventiva y gracia- distintos personajes históricos y literarios pudieron medirse con la fortuna y el azar y salir vencedores. Así, Julio Cesar si bien al llegar a Cartago tropieza y cae en tierra, dándole vuelta a la situación -abriendo ampliamente sus brazos mientras está cayendo- exclama victorioso: Teneo te, terra africana! En aquel instante decisivo que podría haberse fijado como un vaticinio de mal augurio o infortunio, Julio Cesar no se amilana y en su despliegue imposible de disimular, lo redobla y convierte su mal paso en una excelente oportunidad para demostrar su poder. La “transmutación” es posible gracias a un fundamento que la sostiene: la convicción barroca según la cual la equivocidad y la polaridad habitan toda realidad y la consecuente posibilidad del alegorista de ignorar la univocidad de la significación de las imágenes. En sintonía con estas ideas, el fragmento Barocchissimo de Bolívar Echeverría, aparecido en su columna Ziranda de la Revista de la Universidad de México adquiere especial interés. El aforismo es un comentario al refrán: “hacer de lo impuesto por el momento una virtud eterna”. Echeverría lo explica diciendo que esto significa “presentar lo que es improvisado como si fuese algo premeditado; hacer una comprobación de poder de lo que fue un simple golpe de suerte”. El breve desarrollo que hace Echeverría circunscribe la reflexión a cuando las circunstancias no son un golpe de la buena suerte, sino precisamente de la mala. Comportarse de manera barroca implica un transformar lo malo en bueno -en un segundo nivel, que trasciende al primero pero sin negarlo-. Esto no implica ver el lado bueno de lo malo, sino desplegar lo bueno a partir de lo malo. La estrategia consiste en enfrentar los embates, poner el cuerpo e intentar, en las situaciones adversas, seguir decidiendo sobre la propia vida. Con la finalidad de profundizar en las posibilidades emancipatorias del ethos barroco, este trabajo buscará desarrollar la idea de “transmutación” a partir de tres pares conceptuales donde las reflexiones echeverrianas parecerían ser especialmente fructíferas: catástrofe – gestación; teoría – performatividad; mercancía – bien. Ser barroco consiste instalar en el destino inminente, en las mismas fauces del eterno retorno que todo lo devora, el alarde y la pompa como ocasión para la libertad y la transformación. Significa responder a las catástrofes, a la escasez y a la amenaza, con un régimen generoso en el uso de las prácticas, los objetos y los recursos, sea en el ornamento, en la vestimenta, en los decorados, en el empleo de las palabras o en el gobierno de los gestos. El comportamiento barroco implicará un no abandonar el espesor del entramado corporal ante la amenaza, un no “achicarse”, sino por el contrario, redoblar la apuesta, como lo hizo Julio Cesar, hacia una materialidad y dramaticidad exageradas, en donde la desmesura de la puesta en escena disolverá, si no el mal, sí, por lo menos, la violencia destructiva de sus efectos. Implica un poner en acto la imaginación -aquella que opera en el alegorista- para que se den vuelta las imágenes. Para que realicen una voltereta hacia su contrario en un juego de fidelidades e infidelidades donde la caída sea al mismo tiempo, una redención.
URI:	http://rid.unrn.edu.ar/handle/20.500.12049/10220
Otros enlaces:	https://www.youtube.com/watch?v=_zY4B2gIE78
Aparece en las colecciones:	Objetos de conferencia

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